Todos alguna vez hemos oído hablar sobre alguien a quien el hombro se le haya “dislocado” o
“salido del sitio”. Este problema en el mundo de la traumatología se conoce como luxación, y
es cuando una articulación pierde contacto, o congruencia.
En el caso del hombro este problema tiene un amplio espectro clínico, ya que un hombro que
se ha luxado, puede tener un problema de base que le predisponga a “salirse del sitio”, y esto
es lo que se conoce como inestabilidad.
Por lo tanto un hombro inestable sería aquel que presenta condiciones que le hacen tener un
mayor riesgo para luxarse, pudiendo ya haber presentado episodios de luxación o no.
Entonces, ¿Es posible que tenga un hombro inestable sin que este se me haya salido del sitio?,
efectivamente. No todos los hombros con inestabilidad se luxan, eso si, una vez que lo hacen,
es muy probable que estas luxaciones persistan y se repitan en el tiempo, lo cual genera un
problema a nivel funcional de los pacientes, y además, la inestabilidad a largo plazo degenera y
degasta la articulación del hombro a mayor velocidad.
¿Cómo sé entonces si puedo tener una inestabilidad del hombro?. La mayoría de pacientes con
inestabilidad relatan una sensación rara con los movimientos o giros extremos del brazo, sobre
todo las rotaciones externa o interna, esta sensación “como que se sale del sitio” o
“chasquidos”, es indicativa de que algo no va bien en el hombro. Otro dato a tener en cuenta
es el dolor, ya que un hombro inestable genera estrés articular o de los ligamentos/tendones
circundantes, lo que desencadena dolor con las actividades físicas. Y si a esto le sumamos un
antecedente de luxación… puede que lo tengamos claro.
Ante la duda, lo mejor es solicitar una valoración por un Traumatólogo, quien se encargará de
examinar el hombro y determinar los factores que puedan o no asociarse a una inestabilidad.
Así mismo, si hemos pasado por una luxación de hombro, en la que nos hayan recolocado el
mismo, se requiere una valoración y seguimiento especiales, para determinar la causa, el
manejo y el pronóstico de ese hombro, es una lesión severa de la que no deberíamos pasar
con tanta tranquilidad. En estos casos las primeras semanas deberemos pasarlas con un
cabestrillo y en reposo del brazo lesionado. Posteriormente es muy probable que necesitemos
de rehabilitación y fisioterapia para conseguir recuperar la movilidad y la fuerza previas.
En el caso de la inestabilidad el tratamiento muchas veces consiste en un programa estricto de
fortalecimiento y potenciación muscular de toda la cintura escapular (deltoides, trapecios,
pectoral, dorsal) que permita ganar estabilidad, así como mejorar la propiocepción articular.
En algunos casos, y dependiendo del tipo de estructuras que ya se encuentren lesionadas por
la inestabilidad en si, como otros factores (edad del paciente, nivel de actividad física, historial
de luxaciones, etc) el tratamiento de la inestabilidad consiste en una intervención quirúrgica,
existen diversas técnicas que varían en función del caso, pero que en términos generales
buscan reparar o retensar los estabilizadores de nuestro hombro, para evitar episodios de luxación o una laxitud excesiva.
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